Asegurar la rentabilidad de una plantación de frutos secos u olivos depende de un factor crucial: la longevidad de los árboles. Sin embargo, este detalle clave a menudo se pasa por alto, especialmente durante la cosecha y en las herramientas utilizadas para ello.

Joaquín Faure lo entiende muy bien. Al frente de 11 hectáreas entre Aragón y Cataluña, combina cultivos de cobertura con el almendro. Tras años probando distintos sistemas de recolección, lo tiene claro: no hay comparación. "Antes era un caos total: poner lonas por todo el suelo, preocuparse por la lluvia y depender de que vinieran los jornaleros", recuerda. Ahora, gracias al AutoPick GTi de Arcusin, equipado con paraguas y despalillador, todo ha cambiado. "Cosechar almendras se ha vuelto casi un hobby para mí", confiesa Joaquín. Disfruta especialmente de trabajar solo. "Me encanta no tener que depender de nadie", añade.

El impacto en su rentabilidad ha sido notable. Antes, la limpieza de la almendra era un gran problema: tenía que pagar la limpieza por peso total, aunque solo un tercio fuera fruto limpio. "Ahora, con el AutoPick, ese problema se ha acabado", dice con alivio.

Una de las características que más destaca de la máquina es la vibración. "Es muy suave; eso fue lo que me convenció desde el principio", explica. Diseñada para proteger el tronco del árbol sin importar su diámetro o el terreno, esta particularidad ha marcado una gran diferencia en su finca.

"Ahora puedo regar sin preocupaciones. Con otras máquinas, tenía que dejar de regar durante días para evitar daños, algo imposible para mí porque mis tierras son salinas. Si dejo de regar, la sal sube y daña las raíces", explica Joaquín.

Con el AutoPick ha encontrado la máquina perfecta: sigue trabajando, sigue regando, y lo más importante, lo hace sin comprometer la salud de sus árboles.